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sábado, 5 de septiembre de 2015

¿En donde encontrar la verdad?

Ciertamente no hay ningún ser humano que nunca se haya cuestionado en donde está la Verdad de nuestro Yo, del ser o del existir, y de todas las cosas interiores y exteriores que nos rodean y atañen en el mundo..
Tal vez antes se debería aclarar el concepto de la Verdad. Esta cuestión que parece simple es de las más difíciles de la Filosofía. Para las personas en general ,como para la Ciencia, la verdad es la solución o respuesta comprobada y cierta de algún problema, sin embargo para la propia Filosofía esas soluciones constituyen a su vez nuevas cuestiones. La búsqueda de la Verdad siempre fue uno de los problemas fundamentales de la Filosofía, pues sin esta búsqueda la Filosofía no tendría razón de existir.
La Verdad a veces se nos presenta como una Luz interior que ilumina y se expande cuando la descubrimos, y esta Luz la percibimos íntimamente como la presencia de Dios en nuestro propio Yo. Penetrarla solo es posible mediante el camino del Amor hacia todo lo que nuestra razón y comprensión se dirige, pues precisamente ese Dios del que hablo solamente se concibe como la Fuente Suprema del Amor.
No nos debe importar lo que la sociedad y las religiones prediquen, sino lo que nos diga esa voz interior que todos percibimos dentro alguna vez,después de haber meditado en estas cuestiones íntimas. La Verdad de las cosas al final se encuentra oculta en el interior de cada uno, pues cada cual siente como es la verdad, “su verdad”, que percibe sobre cualquier cuestión, que no tiene por qué referirse solamente a asuntos trascendentes.
Nuestra “salvación”, no va a estar en que nuestras creencias sean las verdaderas o que no lo sean, sino en que estemos abiertos a la Verdad,despojados de prejuicios y que esta Verdad nos ilumine y ayude a caminar por nuestra senda evolutiva.
Vemos como muchas personas ante el tema de la muerte, el más allá, o la reencarnación, se ven asaltadas por cantidad de dudas y preguntas para las que no encuentran una respuesta lógica y convincente ; por ejemplo, ¿por qué siempre han habido gentes, culturas, religiones y pueblos que de algún modo han sostenido la idea de la reencarnación mientras que otras no?, ¿quiénes estaban en lo cierto?, ¿en donde está la Verdad?, ¿qué hay de cierto en tantos conceptos y creencias a veces tan contradictorios?. Lo peor para el ser humano falto de respuestas, es que las ha dejado morir en su interior, dando lugar a seguir caminando por la vida como un autómata ciego y descontrolado.
En la actualidad los humanos que poblamos este planeta, debido al nivel medio de evolución alcanzado, somos ya capaces de sentir cierta inquietud por encontrar la luz de la verdad absoluta, y a cada paso mucha gente cree ingenuamente haberla hallado en tal o cual religión o filosofía y estar en la posesión total de la misma, cayendo en posturas fanáticas e intransigentes al empeñarse y sufrir porque su verdad sea la Verdad de todos los demás.
Tal vez deberíamos preguntarnos : La Verdad absoluta ¿ Está en la Biblia?; ¿está en el Corán o en el Talmud? ¿ la posee la doctrina budista, las religiones cristianas o las religiones de cualquier lugar del mundo?; ¿ alguien la posee toda entera y en exclusiva? ¿ todo lo que postulan las demás religiones y creencias que no coinciden con nuestras particulares verdades, es error o mentira?; ¿en donde está la Verdad? .
Para acallar nuestra conciencia en una postura de comodismo, es más fácil aceptar ciegamente las “verdades” que nos den hechas, aunque no las entendamos o aunque en el fondo nos hagan dudar y nos puedan dar cierta inseguridad, pero para muchos, …...“mejor es no calentarse la cabeza con esas cosas”
La Verdad, como afirmó Bertol Brecht, es hija del tiempo y no de la autoridad. Con esta afirmación denunciaba el autoritarismo de los dogmas impuestos como verdades cuyo plazo de validez se pierde al paso del tiempo; estos solo suelen ser manipulación de lenguaje y mentiras camufladas que pierden validez al paso de los años.
Todas las religiones y filosofías creen tener o estar en la verdad, y en realidad la Verdad, por ser un asunto trascendente y absoluto, no es de nadie en exclusiva porque solo pertenece a Dios y por tanto pertenece a todos; cada uno la encontrará finalmente en su interior.
La Verdad se fundamenta sobre todo en dos pilares que la sustentan: La Fe y la Razón. Sobre estos pilares el espíritu humano se eleva en la contemplación de la Verdad. Dios puso en el humano el deseo de conocer la verdad, así como la capacidad de analizar para conocerlo a El, de modo que conociéndolo y amándole el ser humano pueda llegar finalmente a conocer particularmente la Verdad , “su Verdad”.
Debiéramos ser más serios con nuestro Yo más íntimo y nuestro sentido común, y considerar que precisamente la capacidad de raciocinio y discernimiento que se nos ha dado, para algo se nos dio, y su normal uso puede ser la clave para hallar la Verdad; me refiero a la Verdad personal y particular de cada uno, y no a la que las culturas o las religiones nos han señalado e impuesto mediante dogmas de fe y toda clase de postulados para que las creamos sin más llevados por la natural inquietud de creer en algo..
Una cosa es la Verdad diferente que cada uno puede percibir sobre una misma realidad, y que siempre viene a ser un concepto sesgado de la misma, y un valor muy personal de cada cual, y otra es la realidad auténtica y total, que a veces no comprendemos o somos incapaces de ver porque aun no estemos capacitados para ello, pero que sin embargo no por eso es menos real aunque no forme parte de nuestra “verdad íntima” adquirida. La Realidad profunda de todo es la auténtica Verdad, y esta no cambia en sí misma, la enfoquemos como la enfoquemos.
La realidad tal como la percibe cada uno, es su Verdad personal, y esta hay que vivirla plenamente desde la íntima experiencia. Sin embargo el que descubre una verdad no la debe encerrar guardándola solo para sí, sino que se debe compartir y no ocultar a los demás por si les es de ayuda para que cada uno encuentre en sí mismo su propia Verdad.
La Verdad en los conceptos de la vida se conquista gracias al esfuerzo personal e íntimo de cada uno, y no por ninguna extraordinaria revelación sin provecho para quien así gratuitamente la recibiese. Se pueden y hasta se deben divulgar nuestros conceptos de verdad, pero jamás se debe imponer a nadie porque no todo el mundo está preparado o capacitado para comprenderlos y cada cual habrá de encontrar y reafirmar en su espíritu los conceptos de verdad que le son propios.
Para encontrar la Verdad es necesario sentirse libre, pero mucha gente tiene miedo a la libertad. Se tiene temor a la soledad si intentan ver y caminar por sí mismos en busca de la Verdad, nadando a veces contra corriente por los conceptos sociales establecidos ; por eso muchos tienen en lo mas profundo, temor a la Libertad, y prefieren estar atados en su mente pero lamentándose por ello en el interior de su conciencia, pues a la conciencia no se le pueden poner vallas que le impidan volar..
El descubrir un concepto de verdad supone un paso en la evolución y muchas veces una transformación mas o menos notable y coherente en quien la descubre.
La mejor manera de acercarnos a la Verdad es parándonos alguna vez a meditar , por ejemplo ante el mar, la naturaleza, los seres y las personas, como si fuésemos Seres nuevos, recién creados, sin memoria ni experiencia, escuchando, sintiendo y descubriendo, como si fuera la primera vez que lo hacemos, con el corazón abierto de par en par, amando intimamente aquello que tenemos delante y sobre lo que meditamos; esta sería la mejor oración. Y asimismo no dejar nunca de estudiar y profundizar en las leyes naturales, físicas y morales que nos afectan a todos, pues este estudio nos trae el Conocimiento, que es fuente de gozo y Sabiduría, siendo esta una de las metas evolutivas por alcanzar; las otras metas son el Amor y la Inteligencia.
La verdad no está en ningún concepto dogmático de la clase que sea cuando este no puede soportar un análisis o comprobación por parte de la Ciencia o de la Filosofía, por tanto en esos casos podemos rechazar esos conceptos y seguir buscando fuera y dentro aquello que nos haga sentir que es verdadero. A veces los seres humanos nos encontramos frente a una verdad casi tangible, y sin embargo no la percibimos y pasamos de largo, o la confundimos con una ilusión extraña de nuestra imaginación.
El Maestro Jesús Cristo, afirmó que conoceríamos la Verdad y que Ella nos haría libres. Posiblemente se refería a libres de tantos errores, ignorancia, mentiras y engaños, de dogmas y pre conceptos, de fanatismos, y de la explotación de la ignorancia humana por el propio ser humano..
De todos modos, aunque la Verdad no es patrimonio exclusivo de nadie, todas las religiones y filosofías positivas se pueden considerar verdaderas porque en sus teologías y adopciones todas contienen algunos conceptos de Verdad.
La verdad es un patrimonio personal de cada uno, y esta se debe buscar como la busca el buscador de oro que para encontrar una pequeña pero valiosa pepita del mismo, a veces deberá remover y filtrar muchas toneladas de tierra y lodo. Para encontrar antes hay que buscar, y cuando después de este esfuerzo en nuestra búsqueda personal, encontramos nuestra particular pepita del oro de la Verdad, esto supone un auténtico tesoro interior, que podremos compartir, pero que nadie puede nos puede robar y que nos enriquece humanamente para siempre.
En el momento evolutivo actual parece ser que los postulados teóricos sobre la Verdad de carácter religioso o espiritual, están siendo reemplazados cada vez más, por las Verdades auténticas que se encuentran íntimamente grabadas en el corazón de muchas gentes, mediante el esfuerzo de la práctica del bien y del altruismo para con los demás , siendo esta la auténtica religión y filosofía de vida que podremos adoptar: la práctica del bien, el Amor y la Caridad hacia los demás, la ayuda a personas necesitadas de lo mas elemental para sobrevivir, el altruismo, la participación o apoyo a movimientos populares contra la intolerancia, la injusticia, etc.. Ha llegado ya el momento al Ser humano, en que mas que las teorías y las palabras, son las obras positivas hacia los demás y el esfuerzo y satisfacción que experimentamos al hacerlas, las llenan su espíritu que así se siente partícipe en el hallazgo de su verdad auténtica de la vida.
La gente cuando oye hablar de ciertos temas que desconocen o ignoran por completo, se pone a la defensiva y se atrinchera tras la coraza de la burla o del escepticismo a modo de protección. Les da miedo buscar la verdad; es mejor para estas personas vivir en la ignorancia, el escepticismo y la superstición.. Precisamente cuando se plantean los temas relacionados con la espiritualidad estos resultan incómodos y como vía de escape suelen provocar muchas sonrisas y escepticismos. El temor a la luz de la Verdad y lo que ello implica en nuestras vidas sigue siendo en el fondo la misma causa. Pero a esas mismas personas cuando respetan y analizan seriamente estos temas , les suelen asaltar ciertas dudas que conmueven desde lo mas profundo sus convicciones y creencias anteriores , pensando si serán o no verdad estas cosas que al principio parecían oler a superstición y a ignorancia.
En esta sociedad humana actual, tan apegada a lo material y tan escéptica y alejada de lo espiritual, se pueden observar estas posturas de apatía y falta de inquietud ; sin embargo todo el escepticismo del mundo sería insuficiente para hacer que una verdad, o una realidad, esté o no reconocida por la sociedad o por la Ciencia, deje por ello de serlo.

- Jose Luis Martín -
http://www.inquietudesespiritas.blogspot.com

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El que busca la Verdad tiene que ser mas humilde que el polvo; todo el mundo lo aplasta bajo sus pies”

- Gandhi -
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