La Vida en el Universo, C3: Los Límites del Viaje Espacial
Traducción del capítulo 3 del libro “La Vida en el Universo”, tal y como fue revelado a Marshall Vian Summers.
“No debéis ver las estrellas y el espacio como un refugio, sino como una representación de la vida a una mayor escala.”
Como se ha indicado previamente, el viaje
en el espacio es relativamente lento. Y el viaje interdimensional ha
probado ser desastroso para la mayoría de las razas que lo han
intentado. Aunque el viaje en el espacio es extremadamente rápido para
vuestros estándares y vuestro propio grado de desarrollo tecnológico,
aun así moverse de un sitio a otro es muy difícil y requiere mucho
tiempo. Como los viajes y el comercio están tan restringidos en las
regiones muy desarrolladas del universo —allí donde existe una gran
concentración de naciones avanzadas—, el movimiento de un lugar a otro
queda frenado y restringido. Bajo esta clase de circunstancias uno no
puede ir a donde quiera sin violar los territorios de otros o las reglas
para los viajes y el comercio.
Ir de un extremo a otro de la galaxia
está simplemente fuera de cuestión. Pensar que este pueda ser el caso es
una fantasía. Viajar a través de las dimensiones ha demostrado ser tan
arriesgado que hay muy pocas razas en el universo que siquiera lo
intenten en este momento, pues los que entran por estos umbrales nunca
retornan, nunca se conoce la suerte que han corrido y no hay modo de
encontrarles y aprender sobre lo que les ocurrió. La dimensionalidad del
espacio es tan completa y las fronteras entre las dimensiones son tan
considerables, que explorar esta clase de cosas ha demostrado ser
abrumadoramente difícil. Incluso cuando ha tenido éxito, las razas han
emergido en territorios de otras razas, o han entrado en ambientes
físicos hostiles, o nunca han sido capaces de encontrar su camino de
vuelta.
La galaxia en conjunto es desconocida.
Solo se han cartografiado regiones dentro de ella. Solo se han
cartografiado regiones donde existe mucho comercio, mucho movimiento y
muchas naciones tecnológicas. Más allá de estas regiones existen
territorios inexplorados, a veces inmensamente grandes, donde cualquier
viajero podría perderse sin puntos de referencia conocidos.
Las naves que viajan usan combustible. El
combustible tiene sus límites. Incluso los combustibles que se derivan
de la energía solar tienen sus límites. Incluso el combustible que se
deriva del poder nuclear tiene sus límites. Si alguien va demasiado
lejos, no podrá retornar. Si la exploración le lleva a demasiada
distancia, no podrá retornar. Si entra en una región inexplorada,
afrontará peligros fisiológicos y la posibilidad de entrar en el
territorio de otros que podrían demostrar ser hostiles a su presencia.
Con toda probabilidad uno se perdería en los territorios sin
cartografiar, tal y como muchos viajeros se han perdido.
Extender el alcance de la nación propia
también es muy difícil, porque cualquier establecimiento que se haga muy
lejos de casa ha de ser afianzado. Incluso si se posiciona en un
ambiente relativamente habitable tanto desde un punto de vista
fisiológico como biológico, afianzar establecimientos en el extranjero
es muy difícil y requiere una tremenda cantidad de viajes y recursos.
Las colonias mineras distantes son muy vulnerables a la piratería. Son
muy vulnerables al fracaso. Deben ser apoyadas con mucho esfuerzo,
incluso si los recursos que están descubriendo prueban ser de inmenso
valor. Como resultado, la mayoría de las naciones viajeras permanecen
bastante cerca de casa, valiéndose del comercio para obtener recursos
distantes y usando el comercio local para obtener lo que necesitan.
Naturalmente, los seres humanos, con su
maravillosa imaginación, evocan todo tipo de métodos maravillosos para
viajar por el universo casi sin esfuerzo, usando energía que es de algún
modo derivada de la física y que puede sostener viajes ilimitados,
incluso colapsando el tiempo y el espacio. Pero los que viven en el
universo real han tenido que afrontar los límites de la tecnología. En
algunos casos estos límites son bastante severos.
Generalmente, las razas viajeras crean
sus propias fuentes de alimento, pero incluso esto requiere una
aportación de recursos. Todo el mundo en el reino fisiológico debe
todavía comer y asimilar energía de una forma u otra. Las razas deben
usar energía y obtener los recursos necesarios para producir esa
energía. Ellas deben apoyarse en la tecnología, la cual debe reforzarse y
sostenerse. Si viajan muy lejos de su hogar planetario o de su base de
operaciones, enfrentarán una tremenda cantidad de dificultades
logísticas.
En áreas del espacio donde no hay grandes
concentraciones de naciones avanzadas, existen tremendas dificultades
con la piratería. Existen tremendas dificultades en caso de perderse o
de quedar sujeto a influencias o respuestas locales hostiles a la
presencia propia. Hay regiones del espacio que simplemente se consideran
demasiado peligrosas para visitarse, debido a estas razones. Hasta en
áreas parcialmente habitadas donde se han establecido rutas y
coordenadas para los viajes, existen peligros extremos —incluso en estos
casos—. Con el correr del tiempo, las naciones e incluso los pequeños
imperios establecen una estabilidad que mantienen y sustentan sobre su
propia base de recursos e influencia.
No hay ningún gran imperio gobernando la
galaxia. Esto es una completa fantasía. Hay poderes locales muy fuertes y
también asociaciones de poder, establecidas a menudo mediante uniones
comerciales o bien mediante cuerpos gobernantes que supervisan las rutas
comerciales. Pero los imperios inmensos gobernando regiones vastas
simplemente no funcionan, porque con el tiempo no hay modo de mantener
el control y existen demasiados desafíos capaces de trastornar una
estructura de ese tamaño. Pero hay imperios que contienen docenas de
planetas, sistemas estelares y demás. Esto se considera bastante grande,
particularmente en vuestro entorno local.
En el universo, quien extiende su
influencia debe controlar y sostener esa influencia. Debe sostenerla con
tecnología. Debe sostenerla con recursos. Y debe sostenerla con el
constante esfuerzo que supone mantener establecimientos en el
extranjero. Más allá de cierto punto, mantener y sostener esto prueba
ser demasiado difícil y drenante para una nación, e incluso para un
grupo de naciones.
Como resultado, hay grandes regiones en
la galaxia que no han sido exploradas y que raramente han recibido
alguna visita. Aunque hay razas viviendo allí, ellas tienden a ser no
tecnológicas. Y si son tecnológicas, tienden a ser muy limitadas en su
alcance. Incapaces de comerciar o de obtener tecnología avanzada de
otras naciones mediante las vías del negocio y el comercio, estas razas
permanecen extremadamente aisladas.
Este es el universo donde vivís, un
universo de creaciones magníficas, pero también de tremendas
restricciones. La adquisición de recursos supone un problema para todas
las naciones que están avanzando. La tecnología requiere recursos.
Cuanto mayor es la tecnología, más cuantiosos son los recursos que se
requieren. Cuanto mayor es la esfera de influencia, el imperio o la
posesión de propiedad, mayor es el requerimiento de recursos.
Las naciones que son forzadas a depender
del comercio pierden en el proceso mucha de su autodeterminación.
Incapaces ahora de proveerse por sí mismas adecuadamente, para
sostenerse deben depender de aprovisionamientos extranjeros y de la
influencia política extranjera. Para una nación que busca ser libre y
autosuficiente, el problema que supone el comercio y depender de otros
es extremadamente grave. Por eso, los tres requerimientos fundamentales
para ser libres y autosuficientes en el universo son la unidad —una
población unida—, la autosuficiencia y una extrema discreción.
Si alguien en el universo tiene riqueza,
otros la van a querer. Otros querrán quitársela o bien comerciar por
ella. Si comercian por ella, intentarán seducirle o convencerle de que
ellos pueden ofrecerle algo que realmente necesita, incluso si en
realidad no lo necesita. El problema de tener riqueza —ya sea riqueza
biológica, tecnología que otros no tienen, la posesión de un mundo
estratégico o, como es el caso de la Tierra, un mundo de tremenda
diversidad biológica— es que mantener el control es difícil si otros lo
saben. Esto se vuelve imposible si uno depende de otros para conseguir
sus recursos fundamentales.
Donde hay comercio, hay influencia. La
extensión de la influencia en la Comunidad Mayor ha alcanzado grados muy
altos de sofisticación y potencia. Para una joven raza emergente como
la humanidad, la Comunidad Mayor representa un entorno muy arriesgado.
La riqueza de vuestro mundo, de la cual os habéis beneficiado durante
tanto tiempo y os beneficiáis en la actualidad, os hace ser más
vulnerables ante intereses e influencias extranjeros. Y esto os pone en
una situación de tremendo peligro, porque influenciar a la humanidad es
muy fácil según los estándares de la Comunidad Mayor.
Por tanto, vuestras expectativas de
negocios y comercio deben ser contenidas por la realidad misma. Vosotros
podréis viajar libremente dentro de este sistema solar, siempre y
cuando no intentéis descubrir los establecimientos extranjeros que otros
tienen aquí. Pero si os movéis más allá de este sistema solar estaréis
entrando en un mayor terreno de vida inteligente, donde los territorios y
las rutas de viaje se han establecido desde hace mucho tiempo. No
podréis ir a donde queráis, visitar lo que queráis o tomar lo que
queráis. La idea de que la humanidad saldrá fuera y explorará un
universo vacío en busca de recursos es del todo falsa, y realmente
representa una suposición muy peligrosa, incluso fatal.
Mientras seáis débiles y no tengáis
poder, otros no intentarán defenderse de vosotros. Pero si os volvéis
agresivos y ambiciosos encontraréis tremendos problemas. Porque en el
entorno espacial donde existe vuestro mundo hay contratos y acuerdos que
vienen de antiguo y vosotros no seréis capaces de cambiarlos. En caso
de violarlos, tendríais que enfrentar a toda una serie de oponentes con
quienes competir estaría mucho más allá de vuestra habilidad y
capacidad.
Por eso, mantener la autosuficiencia en
la Tierra es fundamentalmente necesario para preservar la libertad y la
autodeterminación de la humanidad. Si podéis impedir intervenciones
inapropiadas en el mundo, proveeros adecuadamente, no ser excesivamente
codiciosos o ambiciosos y estar satisfechos con el esplendor de lo que
el mundo os provee, entonces podéis tener aquí una gran inmunidad, y
otros la respetarán.
Pero si continuáis violando el mundo
—destruyendo sus recursos fundamentales, gastando su riqueza, creando
mayor inestabilidad y conflicto y llevando los sistemas biológicos que
sustentan la vida a la inestabilidad— entonces otros se sentirán
obligados a intervenir aquí para salvar el mundo para sí mismos. De
hecho, eso es lo que hoy está sucediendo.
Por tanto, no penséis que si agotáis el
mundo podréis salir fuera y conseguir cualquier cosa que queráis de
otros mundos tan espléndidos como este, pues estos estarán habitados,
controlados o supervisados por otros. Y no estáis en posición de
organizar un conflicto con otras naciones de vuestra región.
En las regiones muy establecidas y
pobladas del espacio la guerra es muy inusual. Sin duda surgen
conflictos internos, y hay cambios de liderazgo y administración en
diversos mundos, a veces incluso por medios violentos. Pero el conflicto
entre mundos que comercian e interactúan entre sí es muy infrecuente.
Tras largos periodos de tiempo, la guerra
ha llegado a considerarse mutuamente destructiva y literalmente se
impide que ocurra entre las naciones, en especial entre las naciones con
poder y recursos importantes en sus regiones. Esto templa las
ambiciones y deseos de conquista, pues tales ambiciones demuestran ser
perjudiciales para todos los implicados. Si vosotros demostraseis ser
ambiciosos, anhelando conquistas, otros se congregarían contra vosotros
en tal grado que nunca podríais oponeros a ellos.
La estabilidad aquí es más importante que
el avance del imperio propio —la estabilidad y el flujo ininterrumpido
de recursos; una especie de status quo, podríais decir, que ha
demostrado ser beneficioso durante un largo periodo de tiempo—. Esto es
difícil de entender para una raza joven y agresiva como la humanidad. La
humanidad es como un adolescente alocado que tiene grandes pasiones,
grandes ambiciones y grandes planes, pero que también es imprudente y
autodestructivo. La humanidad todavía no ha emergido a un entorno maduro
donde no se toleran esas pasiones ni esa imprudencia.
Vosotros vivís en un universo repleto de
restricciones. No es un lugar sin límites, donde podéis ser cualquier
cosa, hacer cualquier cosa, dañar cualquier cosa, obtener cualquier cosa
o conquistar cualquier cosa. Debéis entenderlo. Ni siquiera en una
región poco poblada del espacio podríais hacer esto por mucho tiempo.
Vuestros vecinos son poderosos. No
querréis luchar contra ellos. Será suficiente con proteger los límites
de vuestro mundo de intrusiones inapropiadas —de exploradores de
recursos y colectivos económicos, de grupos oportunistas que quieren
establecer aquí su influencia y sus negocios—. Proteger vuestros límites
será suficientemente difícil. Nadie va a venir a tomar el mundo por la
fuerza, a menos que demostréis ser tan agresivos, tan destructivos y tan
desestabilizantes para la región local del espacio que os convirtáis en
un problema de seguridad demasiado grande para otros mundos.
Sin embargo, esta posibilidad queda lejos
en el futuro y la humanidad tiene grandes problemas que enfrentar en
casa —problemas que determinarán su capacidad de unirse y de seguir
siendo un administrador viable de este mundo—. Tenéis que enfrentar las
Grandes Olas de cambio y todo lo que estas requerirán de vuestras
naciones y vuestra gente. Tenéis que contrarrestar la Intervención que
está ocurriendo hoy en el mundo, la cual está siendo llevada a cabo por
exploradores de recursos —por grupos que no tienen buena reputación en
esta región del espacio, por aquellos que viajan tratando de sacar
partido de todo lo que puedan, de quién sea y lo que sea—. Estos grupos
no representan a mundos o a poderes establecidos, pues estos poderes no
llevan sus asuntos de esta manera.
Aquí podéis ver cómo la humanidad no ha
establecido su madurez colectiva y no ha controlado sus tendencias
destructivas, sus comportamientos ambiciosos, su avaricia, etc. Aquí
podéis ver que sois como un adolescente alocado, pero vivís en un
vecindario de adultos establecidos. Aun así, en vuestro universo local
existen razas predadoras que tratarán de aprovecharse de vuestra
imprudencia y vuestra ingenuidad. Nosotros hablaremos de esto en
enseñanzas posteriores.
De momento, debéis llegar a aceptar que
existen limitaciones muy serias a lo que la humanidad puede hacer en su
universo local. Según crezcáis y os expandáis, si sois capaces de
resistir las Grandes Olas de cambio que están ocurriendo en vuestro
mundo, tendréis que véroslas con otras razas que han estado establecidas
durante mucho tiempo y que han instaurado reglas de interacción, reglas
para los viajes y reglas comerciales que ha llevado mucho tiempo
consolidar y son muy fijas.
Tenéis que crecer y haceros responsables,
y si podéis, debéis mantener tanta autosuficiencia en este mundo como
sea posible. Porque si perdéis vuestra autosuficiencia perderéis la
promesa y la gran posibilidad de ser una raza libre e independiente.
Para poder formar parte de mayores redes de comercio seréis
influenciados por esas redes, y ellas determinarán en un grado muy alto
lo que podéis hacer y lo que no. Tendréis que pagar un precio muy alto
por participar en el comercio con ellas, porque os influenciarán y en
ciertos casos intentarán aprovecharse de vosotros. Vosotros sois un
recién llegado —una raza débil e inestable, una raza fácil de persuadir y
manipular—. Y hasta las naciones que son muy estables intentarán
aprovecharse de razas emergentes débiles como la vuestra, buscando su
propio beneficio y estabilidad.
Así es la naturaleza de la vida en la
realidad física. Tanto si eres un nativo viviendo en el mundo como si
vives en una nación avanzada del universo, la realidad es la misma. Es
el mismo problema de competición y supervivencia, de persuasión e
influencia. Los rigores y dificultades de la vida manifiesta no terminan
con el desarrollo de una tecnología avanzada. De hecho, desarrollar una
tecnología avanzada complica la vida, la vuelve en muchos sentidos más
difícil y desafiante e invita al interés y la influencia de otros, con
los que entonces uno deberá lidiar. Este es un hecho de la vida en todo
el universo. Es una realidad de la vida física misma.
Vosotros no querréis hacer alarde de la
riqueza que poseéis. No querréis lucirla en la Comunidad Mayor. Tendréis
que aprender a ser extremadamente discretos respecto a con quién os
relacionáis, la naturaleza de la relación, quién puede visitar vuestro
mundo, qué puede hacer aquí y cosas así —cosas todas que ahora no estáis
haciendo y que tendréis que hacer en el futuro.
Es parecido a desarrollarse como persona
individual: primero uno es joven e imprudente, pensando que puede ser
cualquier cosa, tener cualquier cosa, estar sin control y sin tener que
rendir cuentas a nadie. Luego entra en un ambiente maduro y comienza a
afrontar la clase de límites que allí existen. Encuentra que no todos
están interesados en él, que no le gusta a todo el mundo y que no puede
hacer lo que le venga en gana. Conseguir cualquier cosa requiere mucha
planificación y trabajo. Si uno quiere ser un individuo honesto y feliz,
debe limitar ciertos tipos de pasiones y tendencias dentro de sí mismo.
Debe tomar consciencia de ciertas seducciones en su entorno que pueden
socavar su integridad y debilitarle como persona.
La analogía aquí es muy poderosa y
apropiada. Los riesgos que una persona adulta joven enfrenta en el mundo
—las seducciones e influencias que enfrentará, las restricciones con
las que tendrá que tratar— se asemejan mucho a la posición actual de la
humanidad en el espacio. Vosotros tendréis que enfrentar limitaciones,
seducciones y dificultades. Y aun así, al igual que para una persona
joven desarrollarse es necesario, importante y tiene algunas grandes
ventajas y oportunidades, desarrollarse como familia humana tiene
también grandes ventajas y oportunidades.
Establecer la unidad en este mundo y
terminar con los conflictos tribales será para la humanidad un logro
inmenso, permitiéndoos dedicar vuestras energías a tareas más
productivas y creativas. Siendo una parte de la Comunidad Mayor
aprenderéis sabiduría de la Comunidad Mayor, sabiduría que os
enriquecerá tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Pues aunque
en el universo hay mucha competición y la libertad es rara, hay en él
mucha sabiduría. El Nuevo Mensaje para la humanidad está trayéndoos
sabiduría de la Comunidad Mayor, de tal manera que podáis entenderla y
aplicarla en vuestra propia vida individual.
Al comprender que todas las razas deben
buscar recursos, podéis empezar a entender por qué alguien vendría a
vuestro mundo. Ellos querrían mejorar su seguridad o bien estarían aquí
para adquirir recursos. No hay otra razón para visitar mundos. No
penséis que hay mucho turismo en la Comunidad Mayor. Quizá puede haberlo
entre naciones que comercian entre sí. Este es el problema de los
riesgos biológicos. Uno puede viajar a otro mundo a visitar un museo o
algún tipo de rasgo natural de ese mundo, pero como uno es ajeno a ese
mundo siempre existe el problema de la contaminación biológica. Y este
problema no ha sido resuelto universalmente. Entre naciones o mundos que
mantienen un contacto regular esto puede ser controlado. Pero para un
forastero, entrar en estos dominios le estaría prohibido o muy
restringido. Por tanto, podéis entender quien sea que venga a vuestro
mundo lo hará para mejorar su seguridad o para ganar un acceso presente o
futuro a los recursos.
En la Comunidad Mayor estáis tratando con
un entorno adulto, donde la necesidad de recursos siempre está presente
y resulta extremadamente acuciante. Nadie va a venir a este mundo de
vacaciones. Nadie va a venir a este mundo por un proyecto de ciencias,
dirigiendo una clase de estudiantes en una visita de campo. Este mundo
es demasiado arriesgado para que cualquier nación extranjera haga eso.
Aquí podéis ver ya hasta qué punto
vuestras presunciones y expectativas no están en concordancia con la
realidad de la situación; cómo vuestras esperanzas acerca del contacto
con la vida extraterrestre en el universo deben basarse realmente en una
fundación diferente, y el hecho de que necesitáis establecer un
criterio para que este contacto pueda ser realmente beneficioso para
todos los implicados.
Por tanto, no debéis mirar a las
estrellas como si fueran un lugar para escapar y un entorno maravilloso
donde os liberaréis de las dificultades y limitaciones de la vida aquí
en la Tierra. No debéis ver las estrellas y el espacio como un refugio,
sino como una representación de la vida a una mayor escala. Mucho de lo
que enfrentáis aquí en la Tierra lo enfrentaréis también en el espacio,
pero a una escala mucho mayor y de maneras más extremas.
Por ejemplo, la falta de libertad que
existe en muchas partes del mundo será incluso más extrema en la
Comunidad Mayor. La agotadora lucha por los recursos que experimentáis
en el mundo, particularmente entre la gente más pobre, será más extrema
en la Comunidad Mayor. La necesidad de controlar el comportamiento de
las sociedades y los individuos es más extrema en la Comunidad Mayor.
Los problemas en el comercio, en los viajes y en las negociaciones son
más extremos y difíciles en la Comunidad Mayor. La necesidad de limitar
la guerra y el conflicto es más extrema en la Comunidad Mayor. La
Comunidad Mayor es una versión mayor de vuestra vida aquí, mayor en
todos los sentidos.
El problema que supone mantener la salud
física es más extremo en la Comunidad Mayor, donde uno se confrontará
con seres que han evolucionado en un entorno biológico completamente
diferente o en ambientes estériles. El problema de la contaminación es
extremo. Alguien podría venir a este mundo, contraer un virus o un
conjunto de virus, llevarlos a casa e infectar a todo su planeta,
aniquilando a la mayoría o incluso a toda la población de ese mundo. El
problema de la contaminación es realmente así de poderoso. La tecnología
médica avanzada no ha eliminado este riesgo.
El cuidado que uno debe poner en su
propia vida y en sus asuntos es más extremo en la Comunidad Mayor. El
problema de moverse de un lugar a otro es más difícil en la Comunidad
Mayor. El problema de llevarse bien con otros que son diferentes a uno
mismo es más extremo en la Comunidad Mayor, porque las diferencias son
mucho mayores. El problema de comunicarse con otros es más extremo en la
Comunidad Mayor, donde las diferencias de naturaleza, temperamento y
apariencia son tan grandes.
Por tanto, no veáis las estrellas como un
escape de la vida. No veáis la expectativa de viajar por el espacio
como una aventura maravillosa hacia regiones inexploradas y
deshabitadas. No penséis que podréis ir a cualquier parte que queráis ni
que desarrollaréis con el tiempo una tecnología para viajar rápidamente
por todas las dimensiones de la vida, yendo a toda velocidad por el
universo como si este fuera vuestro propio vecindario. No penséis que
vuestros aparatos os llevarán a cualquier lugar que queráis en un abrir y
cerrar de ojos. Nociones como estas son de esperar en razas jóvenes
llenas de imaginación y expectativas esperanzadas. Pero estas nociones
no encajan con la realidad de la vida tal y como esta ha evolucionado en
el transcurso de un periodo mucho más largo de tiempo.
En vuestro universo local hay naciones
que han existido durante veinte mil o treinta mil años. Estas naciones
han establecido un nivel de conformidad muy estricto. No están
interesadas en la innovación social, y en su mayoría no tienen noción
alguna de la libertad individual. Vivir en ellas os parecería
extremadamente difícil, incluso intolerable.
Las naciones libres son poco frecuentes y
muy distintas. Ellas no viajan de un lugar a otro intentando plantar
sus banderas en otros mundos. Si se implican en el comercio planetario,
lo hacen en un grado muy limitado. Y no reciben visitantes en sus
mundos. Ellas permanecen aisladas y discretas, y vigilan sus fronteras
muy cuidadosamente.
Como Nosotros hemos dicho al comienzo,
gran parte de esta revelación será diferente de vuestras ideas y quizá
muy decepcionante para vuestras expectativas, hasta el punto de que no
queráis aceptar lo que aquí se está presentado. Puede que todavía
queráis mantener vuestras esperanzas, vuestros sueños y vuestras
fantasías. Pero, desafortunadamente, el universo representa todos los
problemas y dificultades de vuestra vida física —los problemas y
dificultades de vivir en la separación, en un estado separado, separado
de Dios—. Estos problemas existen aquí y en toda la realidad física.
Nadie ha podido escapar de ellos por completo. Incluso las razas que han
establecido una autosuficiencia muy estable tienen verdaderos problemas
en el gobierno y en el trato con fuerzas externas. Y deben estar muy
atentas a los encuentros e influencias que podrían recibir de la
Comunidad Mayor.
Por tanto, al emerger a una Comunidad
Mayor de vida inteligente estáis emergiendo a una vasta y compleja
demostración de la vida que es, en muchos aspectos, similar a lo que se
requiere de vosotros aquí en la Tierra. Lo que es diferente es que hay
muchos participantes distintos que son muy diferentes entre sí y muy
diferentes de vosotros. Y la complejidad de las relaciones, los negocios
y el comercio es grande y requiere tremenda sofisticación, gran cuidado
y mucha atención. Pero las posibilidades para el mundo propio pueden
ser significativas, si uno procede sin agresión ni ambición, y si
reconoce que en el universo la libertad y la estabilidad tienen mucho
más valor que la conquista o la expansión.
Las civilizaciones y naciones que han
sido capaces de sobrevivir al transcurso del tiempo han llegado a estas
conclusiones. Los que buscan expandirse y conquistar se han encontrado
al final destruidos o tomados por otros, porque su comportamiento no
pudo sostenerse en un ambiente de la Comunidad Mayor, donde hay muchas
razas buscando mantener la estabilidad y la seguridad.
En el universo, las mayores amenazas para
las naciones —incluso para las más establecidas— son la pérdida de
recursos, la contaminación biológica y el colapso medioambiental. Estas
tres cosas influyen más que ningún otro factor en el comportamiento de
las naciones estables y evolucionadas. Mientras que la guerra y el
conflicto son poco habituales en muchas regiones del espacio, la
competición y la influencia abundan. Y esto amenaza la soberanía de las
naciones y su acceso a los recursos necesarios.
Por tanto, lo que preocupa a las naciones
establecidas de vuestro vecindario en el espacio es diferente de lo que
preocupa a las naciones de la Tierra, las cuales están centradas en el
crecimiento y la expansión en un mundo de recursos en declive. Vuestras
circunstancias os requerirán madurar o fracasar. La estabilidad y la
seguridad serán cada vez más el énfasis de vuestra gente, de vuestras
naciones y de vuestros líderes. La idea de la conquista será cada vez
más peligrosa, destructiva y contraproductiva en vuestros asuntos entre
vosotros. Y la necesidad de asegurar vuestros recursos se volverá el
énfasis predominante de este siglo y de los tiempos por venir. Este
énfasis se vuelve ahora vuestra idea central porque estáis emergiendo a
una Comunidad Mayor y habéis crecido mucho en el mundo.
Os estáis preparando para la Comunidad
Mayor sin saberlo. En realidad, al enfrentar un mundo de recursos en
declive os estáis preparando para la Comunidad Mayor, donde el problema
de asegurar los recursos será continuo y constante y es algo que se
experimenta de forma universal. La verdadera libertad, si puede
establecerse y mantenerse, requerirá unidad, autosuficiencia y una gran
discreción —aquí y en todas partes.
Nota: Busca el Indice, en la Introducción de este Libro, y dale Click a los siguientes capítulos,. Gracias.
Nota: Busca el Indice, en la Introducción de este Libro, y dale Click a los siguientes capítulos,. Gracias.
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